El Papa Francisco pasó otra noche estable en la clínica Gemelli de Roma, donde permanece internado desde el 14 de febrero.
En la última semana, el tratamiento aplicado logró una respuesta positiva en su organismo.
Francisco pudo dejar la condición de "reservado", aunque sigue bajo estricta observación médica.
Según fuentes vaticanas, "la estabilidad es un elemento positivo porque significa que el cuerpo se está recuperando".
Los primeros días de internación del Papa generaron gran preocupación en el Vaticano.
A su diagnóstico de neumonía bilateral se sumaron fiebre, infecciones urinarias y fallas renales.
Durante las primeras tres semanas, su condición fue grave, lo que mantuvo en vilo a sus seguidores en todo el mundo.
Sin embargo, la última semana trajo alivio. La desaparición de las infecciones urinarias y la remisión progresiva de la neumonía permitieron que Francisco dejara la máscara de oxígeno y lograra descansar con normalidad. Los médicos confirmaron que actualmente alterna ventilación con flujos elevados durante el día y asistencia mecánica por la noche.
En medio de la preocupación, la comunidad católica intensificó las plegarias por la pronta recuperación del Papa. El cardenal Pietro Parolin expresó: "Nos reunimos para rezar por la salud del Santo Padre, para que pueda recuperarse y regresar pronto entre nosotros".
Además, esta tarde a las 19:30 en Roma (15:30 en Argentina), Monseñor Lucio Adrián Ruiz dirigirá un Rosario en la Plaza de San Pedro para pedir por la salud del Pontífice, en coincidencia con el reciente aniversario de su elección como líder de la Iglesia Católica.